nuestros
Datos
DENOMINACIÓN DE ORIGEN
La Manchuela
Enmarcada entre los valles de los ríos Júcar y Cabriel, la Manchuela se ve favorecida por unas condiciones edafoclimáticas muy particulares. Los suelos arcillosos con base calcárea de los sedimentos de ambos ríos recogen y mantienen el agua de lluvia que cae cuando aún no ha crecido la uva. Caracterizados por la escasa humedad, la ausencia casi total de lluvias entre los meses de mayo y septiembre, y la gran cantidad de horas de sol recibidas durante su maduración hacen que el riesgo de enfermedades sea ínfimo, y por lo tanto su calidad no se ve afectada por tratamientos fitosanitarios.
Los viñedos, cultivados en una superficie aproximada de 72.000 hectáreas se ubican a una altitud de entre 600 y 1.100 metros sobre el nivel del mar en un clima continental, influidos por los vientos húmedos del Levante. Las altas temperaturas diurnas producidas por el viento de poniente y el frescor nocturno de la brisa mediterránea favorecen una maduración lenta y una perfecta formación de os polifenoles de la uva.
Todo esto, unido a los tradicionales sistemas de cultivo de Manchuela con unas moderadas producciones, nos dará un marco idóneo para garantizar la personalidad y extraordinaria calidad de sus vinos.
Bobal: Es nuestra variedad autóctona por excelencia, junto a la zona Levante. La uva es de tamaño mediano, con grano de forma esférica y grosor medio-grande, y color azul oscuro.
Sus vinos se caracterizan por un intenso color cereza oscuro con ribete granate-violáceo, de buena carga tánica y moderada acidez. Tiene una muy buena aptitud para la elaboración de rosados, muy afrutados y de sabor fresco. ¡VINOS INCONFUNDIBLES!
Se elaboran también con los viñedos más viejos y de esmerado cultivo de la variedad bobal unos excelentes crianzas y reservas.
DENOMINACIÓN DE ORIGEN
La Manchuela
Enmarcada entre los valles de los ríos Júcar y Cabriel, la Manchuela se ve favorecida por unas condiciones edafoclimáticas muy particulares. Los suelos arcillosos con base calcárea de los sedimentos de ambos ríos recogen y mantienen el agua de lluvia que cae cuando aún no ha crecido la uva. La escasa humedad, la ausencia casi total de lluvias entre los meses de mayo y septiembre, y la gran cantidad de horas de sol recibidas durante su maduración hacen que el riesgo de enfermedades sea ínfimo, y por lo tanto su calidad no se ve afectada por tratamientos fitosanitarios.
Los viñedos, cultivados en una superficie aproximada de 72.000 hectáreas se ubican a una altitud de entre 600 y 1.100 metros sobre el nivel del mar en un clima continental, influidos por los vientos húmedos del Levante. Las altas temperaturas diurnas producidas por el viento de poniente y el frescor nocturno de la brisa mediterránea favorecen una maduración lenta y una perfecta formación de os polifenoles de la uva.
Todo esto, unido a los tradicionales sistemas de cultivo de Manchuela con unas moderadas producciones, nos dará un marco idóneo para garantizar la personalidad y extraordinaria calidad de sus vinos.
Bobal: Es nuestra variedad autóctona por excelencia, junto a la zona Levante. La uva es de tamaño mediano, con grano de forma esférica y grosor medio-grande, y color azul oscuro.
Sus vinos se caracterizan por un intenso color cereza oscuro con ribete granate-violáceo, de buena carga tánica y moderada acidez. Tiene una muy buena aptitud para la elaboración de rosados, muy afrutados y de sabor fresco. ¡VINOS INCONFUNDIBLES!
Se elaboran también con los viñedos más viejos y de esmerado cultivo de la variedad bobal unos excelentes crianzas y reservas.
INDICACIÓN GEOGRÁFICA PROTEGIDA
Si bien es sabido que la mayor producción de vinos del mundo por densidad puede estar en Castilla La Mancha, esta IGP se creó para regular la calidad de los vinos que se elaboran en la región castellano manchega. La variedad de vinos y bodegas es muy amplia hablando de más de 200 productores en esta IGP. Es una de las primeras IGP del país y a parte de un prestigio conseguido se encargan de controlar y mejorar la calidad año tras año.
En la zona geográfica de los Vinos de la Tierra de Castilla, el viñedo se encuentra profundamente arraigado en la historia y en la cultura de sus habitantes. En 28 municipios de la zona geográfica, el viñedo ocupa más del 50% de su superficie.
En 1999 las Cortes de Castilla-La Mancha aprobaron la Indicación Geográfica Vinos de la Tierra de Castilla para los vinos que se elaboran íntegramente con uvas producidas en la zona geográfica. El objetivo de la iniciativa es facilitar su identificación a los consumidores que demandan vinos diferentes a los de denominación de origen y a los de mesa. Esta nueva indicación ha tenido gran acogida entre el sector vinícola.
Se ha producido un notable incremento en la producción de los Vinos de la Tierra de Castilla, pasando de los 5.000.000 de litros declarados, cuando se reconoce la Indicación Geográfica, a más de 126.000.000 litros en la campaña 2008/2009.